miércoles, 29 de septiembre de 2010

Reflexión sobre las personas sin hogar.


Es sorprendente que en una sociedad mal llamada del “bienestar”, puesto que es bienestar para muchos pero “malestar” para bastantes más de los que debieran, se encuentren personas que duermen bajo el techo de las estrellas de nuestra ciudad.


Una sociedad solidaria como es la nuestra, la canaria, que tantas veces ha demostrado su solidaridad, por ejemplo con los pueblos sudamericanos, cada vez que ocurre una desgracia o con cualquier país del mundo donde ocurra una catástrofe natural, no puede permanecer impasible viendo a tantos conciudadanos nuestros dormir sobre cajas de cartón, envueltos en una manta encontrada en un contenedor de basura o bajo las hojas de algún periódico y expuestos a las conticiones meteorólicas de la Tierra y al mal hacer de muchos ciudadanos que no son solidarios con estas personas.


Me asombro al pensar que si tan generosos somos con los de fuera, ¿Cómo no somos tan generosos con nuestros vecinos?.


Trás haber realizado un trabajo centrado en las personas sin hogar, las que fueron mis compañeras, y yo, hemos visto oportuno y necesario una mayor implicación por parte del gobierno tanto a nivel Estatal como a nivel Autonómico para disminuir o eliminar las necesidades de los ciudadanos que se encuentran sin techo tanto en nuestro país y Comunidad Autónoma, como en el caso que nos ocupa, en nuestra isla de Gran Canaria.
Quizás estos deberían plantearse el invertir menos dinero en fiestas, actos promocionales, etc e invertirlos en asuntos de verdadera necesidad y relevancia, como es el caso de tantas personas que duermen en la calle porque las circunstancias X de sus vidas las han llevado ahí.


Tal vez les resultase rentable, el invertir en centros de acogida para personas sin hogar si les decimos que de este modo, muy probablemente, obtengan muchos más votos, al menos los votos de esas personas que se encuentran viviendo en la calle, además de otras sientas o miles de personas que valorarían y verían como acto bondadoso esta acción. De este modo solventaríamos, no sólo la necesidad de los políticos por obtener mayoría de votos, sino también las necesidades más importantes, las de las personas que se encuentran viviendo en la calle bajo un suelo frío, sucio y expuestos a miles de agresiones, enfermedades, etc.


Ante una realidad sin esperanza hay que poner remedio y esos remedios pueden ser los albergues, centros de acogida, etc.

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